En su intervención en la sesión plenaria de las Reuniones Anuales del Grupo del Banco Mundial (BM) y del FMI, Georgieva subrayó que se trata en primer lugar de fomentar la inversión en sólidos fundamentos económicos y en la cooperación internacional, señalando que estas ideas se plasmaron en los principios de Marrakech, establecidos esta semana con el Banco Mundial y el gobierno marroquí.
Según ella, esta orientación requiere la aplicación de políticas y reformas adecuadas, el fomento de la acción pública y la implicación del sector privado, todo ello con el objetivo de combatir la inflación y reducir la pobreza y la desigualdad.
“No hay duda de que estamos ante una era de tasas de interés más altas por más tiempo, pero un endurecimiento brusco de las condiciones financieras podría golpear a los mercados, los bancos y las entidades no bancarias”, explicó.
En este contexto, continuó Georgieva, una política fiscal prudente es ahora más importante que nunca, porque la deuda y los déficits se sitúan muy por encima de los niveles observados antes de la pandemia, llamando a restablecer el margen de maniobra fiscal. La combinación correcta de reformas podría incrementar los niveles del producto en hasta un 8% en cuatro años, estimó.
Según la responsable, solo con reformas impositivas se podría lograr un incremento del ingreso de hasta 5% del PIB en los mercados emergentes y de hasta 9% en los países de ingreso bajo, asegurando que el FMI está dando prioridad a su labor en este ámbito.
Georgieva también rindió homenaje a Su Majestad el Rey Mohammed VI, al Gobierno y al pueblo marroquíes, “por enseñar al mundo el verdadero significado de la valentía y la resiliencia, y también por su excepcional cultura, su hospitalidad y su amabilidad”.
Por su parte, el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, señaló que el mundo se enfrenta a un "retroceso de los progresos" en la lucha contra la pobreza, a una crisis climática existencial, a la inseguridad alimentaria y a la fragilidad, además de varios conflictos que agravan las desigualdades.
En este contexto, el crecimiento económico está disminuyendo en gran parte del mundo en desarrollo, pasando del 6% al 5% en dos décadas, y sólo se prevé un crecimiento del 4% en los próximos 7 años.
A este respecto, advirtió que, por cada porcentaje perdido, 100 millones de personas se hundirían en la pobreza, y otros 50 millones en la pobreza extrema.
Banga insistió en que el Banco Mundial tiene la obligación de ser una institución que exporte optimismo, subrayando la importancia de la reforma para "cumplir esta promesa y responder a las expectativas".
Para hacer frente a los retos del futuro, el Banco Mundial tiene ahora una nueva visión y una nueva misión: "Crear un mundo sin pobreza en un planeta sostenible", sostuvo.
Esta visión, prosiguió Banga, es capaz de estimular un desarrollo eficaz a través de una acción sostenible basada en el crecimiento, la creación de empleo, el desarrollo humano, la gestión de las finanzas públicas y de la deuda, la seguridad alimentaria y el acceso al agua y a una energía asequible.
La sesión plenaria estuvo marcada por un Mensaje Real dirigido a los participantes en las Reuniones Anuales del BM/FMI que se celebran del 9 al 15 de octubre en Marruecos, que fue leído por Omar Kabbaj, Consejero de Su Majestad el Rey.
Este evento mundial, que vuelve a África 50 años después, cuenta con la participación de responsables financieros y bancarios y economistas de 190 países miembros.