He aquí el texto íntegro del Mensaje Real, cuya lectura fue dada por el presidente de la Cámara de Representantes, Rachid Talbi El Alami.
"Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios, su familia y compañeros,
Honorables Señoras y Señores miembros de las Cámaras de Representantes y de Consejeros,
Señoras y Señores,
Nos complace dirigirnos a los participantes en este simposio nacional, celebrado bajo Nuestro Alto Patrocinio, en conmemoración del sexagésimo aniversario del establecimiento del primer parlamento electo en el Reino de Marruecos.
La conmemoración de este importante acontecimiento responde a tres finalidades básicas. En primer lugar, se trata de rememorar, para las generaciones actuales y futuras, el proceso democrático e institucional nacional, así como las reformas que ha acumulado en el seno de un consenso nacional.
En segundo lugar, examinar las realizaciones llevadas a cabo por nuestro país en el ámbito de la labor parlamentaria, amén de destacar la posición del poder legislativo dentro del proceso de reformas institucionales, políticas y de desarrollo que Marruecos ha conocido a lo largo de esta etapa de nuestra historia contemporánea.
La tercera finalidad consiste en preconizar el futuro del modelo político marroquí, dentro de la perspectiva de consolidar los cimientos de la democracia representativa y consagrar el principio de separación de poderes, en aras de fortalecer nuestras tradiciones institucionales, cuyas raíces se hallan bien arraigadas en nuestra profundidad civilizatoria.
Como bien sabéis, el modelo parlamentario marroquí fue establecido según una concepción política visionaria basada en el escalonamiento y la acumulación de incesantes reformas constitucionales, garantizando la participación de las fuerzas vivas de la política, la sociedad y la economía.
Efectivamente, estamos convencidos de que la democracia no es una receta hecha, ni un modelo transferible, sino más bien una construcción gradual e inherente, que da cabida al pluralismo y a la diversidad, interactuando con el contexto nacional y las particularidades de cada país, sin descuidar los estándares universales de la democracia representativa, cuyos fundamentos incluyen el sufragio libre e imparcial, amén del pluralismo partidista y la alternancia en la gestión de la cosa pública.
Señoras y Señores,
Desde que Marruecos recuperó su libertad e independencia, la voluntad de Nuestro venerable abuelo, Su Majestad el Rey Mohammed V, Dios lo tenga en su gloria, fue la de dotar al país, con la participación de las fuerzas nacionales, de un consejo consultivo nacional, en tanto que piedra angular para la construcción de una democracia representativa. Durante el reinado de Nuestro honorable padre, Su Majestad el Rey Hassan II, Dios lo acoja en Su Santa Gloria, se consiguió el establecimiento del Estado de las instituciones, que el Héroe de la Liberación deseaba para la nación.
Poco después de la independencia, y con la entrada en vigor de la primera constitución del Reino, que fijaron las pautas de un Estado moderno, basado en la elección por los ciudadanos, de sus representantes en diversos consejos representativos, de modo que el primer parlamento bicameral fuera elegido en 1963; nuestro país, bajo la dirección de Nuestro venerable padre, Su Majestad el Rey, que Dios lo tenga en Su Gloria, inauguró una nueva etapa de su vida política y constitucional, afirmando sus opciones soberanas de pluralismo político y partidista, de democracia representativa, de libertad de organización, pertenencia, opinión y expresión, en un momento en que dominaban las ideas del partido único en muchos países del mundo.
A pesar de los cambios que se produjeron durante ese período, se ha mantenido el pluralismo político y ha prevalecido la singularidad marroquí de poseer partidos políticos serios que defienden diversos proyectos sociales, así como una sociedad civil vigilante y unas organizaciones sindicales independientes, que generaron animados debates que dieron lugar a sucesivas revisiones constitucionales en las décadas de los 70 y 90 del siglo pasado, introduciendo cambios fundamentales y estableciendo el pluralismo representativo en la institución parlamentaria.
El último cuarto del siglo XX fue decisivo para completar la construcción del edificio democrático y de las instituciones electas a nivel nacional y local, reforzando las instituciones nacionales, aumentando sus poderes e implementando grandes reformas enmarcadas por dos importantes modificaciones constitucionales en 1992 y 1996.
Esta importante y decisiva etapa de la historia de Marruecos fue esencial en el proceso de reforma institucional, siendo uno de sus rasgos más destacados, el retorno, desde 1996, al sistema parlamentario bicameral, en el que ambas cámaras gozan de las mismas prerrogativas, ampliando las competencias de las instituciones electas y sentando las bases de la regionalización.
Señoras y Señores,
Siguiendo esta vía, y desde Nuestro acceso al Trono de Nuestros Gloriosos Antepasados, Nos hemos empeñado en lanzar y patrocinar grandes reformas en diversos campos políticos, sociales, económicos y culturales.
Efectivamente, la institución legislativa ha ocupado el centro de estas reformas estructurantes, ya sea ampliando sus competencias o mejorando la representación de la mujer, cuya significativa presencia se ha venido fortaleciendo constantemente en la institución legislativa y en los diferentes consejos electos.
En este sentido, Hemos procedido a la adopción de un conjunto de reformas profundas, que culminaron con la aprobación de la Constitución de 2011, en tanto que constitución avanzada, que ha permitido el lanzamiento de varias reformas estructurales, lo que, efectivamente, constituye una señal de la excepción marroquí en materia de reformas. En este contexto, el poder legislativo ha venido a ocupar el centro de tales reformas, en la medida en que sus competencias han sido ampliadas de manera importante, además de consolidar la independencia de los poderes ejecutivo y judicial.
De este modo, el Parlamento se ha erigido en fuente de la legislación, añadiendo a sus competencias la evaluación de las políticas públicas y el control de la acción gubernamental.
Señoras y Señores,
Nuestro país ha sido pionero en la constitucionalización de la democracia participativa y ciudadana, así como de los roles de la sociedad civil y el derecho de las ciudadanas y ciudadanos a presentar peticiones en el ámbito legislativo y reclamaciones a los poderes públicos, lo que puede enriquecer la labor parlamentaria.
Es para nosotros, en Marruecos, un motivo de orgullo constatar que el enfoque participativo ha constituido siempre un procedimiento para materializar las grandes reformas que nuestro país ha conocido en varias etapas decisivas de nuestra historia que abunda en realizaciones y avances positivos.
Si tal procedimiento refleja la otra cara positiva de la democracia marroquí y su singularidad, el objetivo final sigue siendo la consolidación del Estado de derecho y de las instituciones, sobre la base de la separación de poderes y vinculación de la responsabilidad a la rendición de cuentas.
En cuanto al ámbito de la diplomacia parlamentaria y de las relaciones exteriores, registramos con igual satisfacción la contribución del Parlamento marroquí en la defensa de los intereses y causas justas de nuestro país, incluida la cuestión de nuestra integridad territorial, así como el dar a conocer las diversas reformas y obras que el Reino está conociendo.
Nos sentimos igualmente orgullosos de que la diplomacia parlamentaria marroquí esté a la vanguardia de los defensores de las cuestiones cruciales de nuestro continente africano, que Hemos colocado a la cabeza de nuestras prioridades en la política exterior, donde figuran aquellas relacionadas con la justicia climática y la seguridad alimentaria, la migración y la paz, así como el derecho del continente al desarrollo y al aprovechamiento de sus recursos y capacidades en beneficio de sus pueblos.
Todo ello en pleno compromiso con la doctrina de la diplomacia marroquí, cuyos cimientos Hemos asentado sobre la base de la no injerencia en los asuntos internos de los países, el respeto de su unidad nacional e integridad territorial, la contribución al mantenimiento de la paz y la estabilidad, además del arreglo de las crisis y conflictos por medios pacíficos y preventivos.
Señoras y Señores,
La labor parlamentaria y la democracia de las instituciones representativas han alcanzado una enorme madurez, en cuanto a las competencias y a su ejercicio se refiere, así como a través de la apertura sobre la sociedad civil y la organización y gestión del trabajo parlamentario, amén del establecimiento de asociaciones con otros parlamentos nacionales.
No obstante, y a pesar de los logros alcanzados en este ámbito, es necesario redoblar los esfuerzos para elevar la democracia representativa institucional al nivel que le deseamos y que honra a Marruecos.
Por otra parte, entre los desafíos más destacables que deberían superarse para elevar el nivel del trabajo parlamentario, mencionemos, entre otros, la necesidad de dar prioridad a los intereses supremos de la nación y de los ciudadanos sobre otros cálculos partidistas, la moralización de la vida parlamentaria mediante la adopción de un código ético por las dos cámaras de la institución legislativa, de carácter jurídico vinculante; lograr la armonía entre el ejercicio de la democracia representativa y la democracia participativa; además de obrar por elevar la calidad de las élites parlamentarias y electas, favoreciendo un mayor acceso de las mujeres y jóvenes a las instituciones representativas.
Paralelamente, se debe insistir sobre el decisivo papel que ha de desempeñar el Parlamento en la difusión de los valores democráticos, la consolidación del Estado de derecho, la consagración de la cultura de participación y diálogo, así como el afianzamiento de la confianza en las instituciones electas.
He aquí unos retos por los que hay que emplearse seriamente para poder alcanzarlos, especialmente en el contexto de las grandes obras de reforma y proyectos estructurantes que Marruecos está llevando a cabo, que inevitablemente tendrán un impacto significativo en la consecución del mayor progreso y prosperidad a los que aspiramos alcanzar para nuestro querido pueblo.
A Dios Todopoderoso imploramos corone con éxito vuestros trabajos y guíe vuestros pasos por el camino del bien.
Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh".