"Los vestigios (de una historia ancestral) aún son visibles en torno a la medina de Marrakech", escribe el destacado diario en un reportaje de Seth Sherwood, señalando que esta ciudad fortificada, de casi mil años y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, "constituye el corazón de la antigua capital de Marruecos".
Destacando la belleza del minarete de la mezquita medieval de Koutoubia y del palacio El Badi, que data del siglo XVI, la publicación señala también que Marrakech se distingue como un "remanso de la arquitectura islámica".
"Visitando Marrakech, no sólo se descubre un remanso de arquitectura islámica, una artesanía tradicional deslumbrante, un diseño contemporáneo" impresionante y los mejores restaurantes del norte de África, "sino que también se presta apoyo moral y económico a una región en plena de reconstrucción", indica el autor del artículo.
En la misma línea, el periódico menciona la Madrasa Ben Youssef, "una escuela de varios siglos", que ilustra perfectamente un saber hacer artesanal de primera magnitud, sobre todo en el arte del azulejado y la escultura.
La publicación también destaca el patrimonio judío de la ciudad, incluido el barrio de Mellah, construido en los años 1500, el cementerio judío y sinagogas históricas como Slat Lazama, que ahora cuenta con un museo.
Para "The New York Times", Marrakech es también la capital del arte del Norte de África, con sus galerías situadas en la "ciudad nueva" de Gueliz.
El autor menció también la plaza mítica Jamaa El Fna, y los zocos y bazares que rebosan productos de artesanía refinada.
The New York Times publicó este artículo, amenizado con bellas fotos, en su sección "36 horas", que explica los lectores cómo pueden aprovechar al máximo una breve estancia en un destino turístico de fama mundial.