Este objetivo estratégico consiste, a la vez, en garantizar agua potable para todos los ciudadanos y facilitar el 80%, al menos, de las necesidades de riego en todo el territorio nacional, preció el Soberano en el Discurso dirigido, hoy lunes a la Nación, con motivo de la Fiesta del Trono.
A este respecto, SM el Rey consideró que “se debe completar el programa de construcción de presas, otorgando prioridad a los proyectos de presas programados para las zonas que conocen altos índices de precipitaciones”.
El Soberano llamó, en este marco, a acelerar la realización de los grandes proyectos de traspaso de aguas entre cuencas hidrográficas; de las de Wad Lau y Lukus, a la de Umm Errabia, pasando por las de Sebú y Buregreg.
Su Majestad el Rey puso de relieve, también, la necesidad de acelerar la finalización de las plantas desaladoras de agua de mar, según el programa establecido para las mismas, que pretende movilizar más de 1,7 mil millones de metros cúbicos al año.
“Ello permitirá a Marruecos, en el horizonte de 2030, cubrir más de la mitad de sus necesidades en agua potable, a partir de estas plantas, además de regar amplias superficies agrícolas, lo que contribuirá a reforzar la seguridad alimentaria del país”, sostuvo el Soberano.
A este respecto, SM el Rey citó el ejemplo en la planta desaladora de Casablanca, que será la construcción más grande de su género en África y la segunda más grande del mundo, que funcionará al 100% con energía limpia, indicando que “el mayor desafío seguirá siendo la finalización de las plantas programadas y de los proyectos de energías renovables, vinculados a las mismas, dentro de los plazos fijados y sin demoras”.
Asimismo, el Soberano subrayó que, dado que la producción del agua en plantas desaladoras requiere el abastecimiento de las mismas con energía limpia, se hace necesario acelerar la finalización del proyecto de enlace eléctrico para la transferencia de energía renovable, a partir de las regiones del sur hacia el centro y el norte, en un futuro cercano.
En este sentido, Su Majestad el Rey llamó a obrar por desarrollar una industria nacional en el campo de la desalación del agua del mar, creando filiales para la formación de ingenieros y técnicos especializados; además de fomentar la creación de empresas marroquíes especializadas en la realización y mantenimiento de las plantas desaladoras.
Evocando la cuestión de la racionalización del uso del agua, el Soberano recalcó que “no tiene sentido” gastar miles de millones para movilizar recursos hídricos, mientras “se sigue despilfarrando y mal usando este producto”.
“Preservar el agua es una responsabilidad nacional que incumbe a todas las instituciones y actores; del mismo modo que constituye una prenda que deben asumir todos los ciudadanos”, insistió SM el Rey, invitando a las autoridades competentes a ser más firmes en la protección del bien hídrico público, llevando a la práctica la policía del agua y poniendo fin al fenómeno de la explotación exagerada y anárquica de dicho elemento.
Asimismo, el Soberano invitó encarecidamente a llevar a cabo una mayor coordinación y concordancia entre la política hídrica y la política agrícola, particularmente en tiempos de escasez, obrando por generalizar el riego por goteo.
En el mismo contexto, SM el Rey dio sus orientaciones para la adopción de un “programa más ambicioso, en el ámbito del tratamiento y recuperación de las aguas”, e insistió en la necesidad de fomentar la innovación, invirtiendo en los campos de las nuevas tecnologías relacionadas con el dominio de la gestión del agua.