El embajador representante permanente del Reino ante la UA y la CEPA-ONU, Mohamed Arrouchi, quien intervenía en una reunión del CPS por videoconferencia dedicada a examinar el informe de la Comisión de la UA sobre la lucha contra el terrorismo en el continente, subrayó que las actividades de los grupos terroristas en África tienen consecuencias devastadoras, que provocan perturbaciones, desplazamientos masivos de poblaciones y pérdidas considerables de vidas humanas.
El diplomático marroquí añadió que estos grupos terroristas son responsables de numerosos atentados violentos, secuestros y actos terroristas destinados a imponer su ideología extremista.
El continente ha sufrido una pérdida económica de 171.000 millones de dólares debido al terrorismo durante la última década, lamentó Arrouchi, señalando que África ha tenido que soportar sola las consecuencias del movimiento de combatientes terroristas extranjeros que encontraban refugio en el continente.
En el continente africano, el embajador representante permanente del Reino ante la UA y la CEPA-ONU subrayó que existe un fenómeno que raramente se da en otros lugares, que es el vínculo y la colaboración, en particular entre los grupos terroristas, los grupos armados no estatales, los separatistas y los insurgentes implicados en la delincuencia transnacional, cada vez más peligrosos por la circulación de flujos financieros ilícitos y la propagación de armas ligeras y de pequeño calibre, y que se ve confirmada todavía más con la implicación de diversos actores, incluidos los estatales.
El diplomático marroquí subrayó la necesidad de combatir rigurosamente este fenómeno, ya que las connivencias contra la soberanía y la estabilidad de los Estados crean una alianza objetiva entre estos grupos nefsatos, poniendo en peligro la paz y la estabilidad en África.
Para combatir el terrorismo, garantizar la estabilidad y proteger a la población civil de los ataques de los grupos terroristas, también es importante luchar contra las distintas fuentes de financiación de los grupos terroristas, como la extorsión a las poblaciones locales en las zonas bajo su control, los secuestros a cambio de rescate, el comercio y las actividades ilegales, como el tráfico de sustancias psicotrópicas, el contrabando y el comercio de armas, por estos grupos terroristas y los simpatizantes que comparten ideologías extremistas que amenazan la estabilidad y el desarrollo del continente, recordó.
La lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada queda una condición previa para la consolidación de la paz, la seguridad y la estabilidad política. Para ello, es necesario hacer frente al deterioro de la situación socioeconómica y humanitaria en África, en particular en los campos de refugiados, donde esta situación favorece la aparición de jóvenes fanatizados y radicalizados, ya que contribuye a la propagación del extremismo violento entre estos jóvenes que carecen de perspectivas de futuro, señaló.
El diplomático marroquí reiteró la importancia de adoptar un enfoque multidimensional para alcanzar una paz, una estabilidad y un desarrollo duraderos, cuya pertinencia radica en el interés particular que concede a todas las causas profundas estructurales y fundamentales, a los motores y a los posibles factores que facilitan la radicalización, el extremismo violento y el terrorismo.
A este respecto, el embajador representante permanente del Reino ante la UA y la CEPA-ONU, recordó que, en el marco de los esfuerzos del Reino en el ámbito de la paz y la seguridad, Marruecos acogió en octubre de 2022 la Conferencia inaugural sobre la “Promoción de los vínculos entre la paz, la seguridad y el desarrollo”, con el objetivo de abordar los retos crecientes a los que se enfrentan las economías africanas y que afectan mucho su seguridad y estabilidad, en particular en los países que salen de conflicto y en transición política.
La adopción de la Declaración de Tánger por el CPS de la UA es un reconocimiento de la relevancia del enfoque multidimensional, y constituye una hoja de ruta para la aplicación efectiva del proceso de Tánger a través del desarrollo de “Nexus Projects” en las cinco regiones del continente, abordando así las causas estructurales de la radicalización, el extremismo violento y el terrorismo, y los desafíos relacionados, concluyó.