"El marroquí en su país goza de todos los derechos y asume todas las obligaciones como sus compatriotas. No necesita la protección ni la tutela de la embajada de un país tercero", declaró a la MAP después de una reunión de la comisión parlamentaria de asuntos exteriores, defensa nacional, asuntos islámicos y marroquíes residentes en el extranjero.
Recordó en este contexto que el Reino no se opone al principio de una vuelta de sus ciudadanos a sus países de residencia por vínculos profesionales o por consideraciones familiares o de salud, lejos de segundas intenciones politiqueras.
"Si Bélgica se ha adherido a esta lógica, los Países Bajos han mostrado desde el principio una actitud contraria y discriminatoria hacia los marroquíes que tienen doble nacionalidad, antes de querer colocarse como defensor de sus derechos ante el Estado marroquí", señaló el ministro.
Sólo después de unos 30 vuelos para repatriar a los holandeses nativos, los Países Bajos comenzaron a interesarse por los marroquíes con doble nacionalidad, sobre todo los que residen en el norte del Reino, dijo el responsable.
A este respecto, dijo que Marruecos se niega a que partes extranjeras realicen un tratamiento políticamente oportunista para explotar la actual situación excepcional para reclamar un derecho que no tiene razón de ser. El debate planteado por algunas partes sobre la cuestión de la doble nacionalidad "no puede sino ser malsano con segundas intenciones muy conocidas".
Refiriéndose a las condiciones en que se llevó a cabo la repatriación de extranjeros, el ministro consideró que "la operación se llevó a cabo en buenas condiciones, excepto para un país que mostró "oportunismo político".
En el mismo sentido, Bourita señaló que el Reino vela por facilitar la repatriación de los extranjeros varados en su territorio y ha respondido favorablemente a las solicitudes formuladas por varios países a este respecto.
Este es el caso de unos cuarenta países que también han repatriado a marroquíes que residen en estos países.