En un artículo de opinión titulado "Covid-19: ¿Qué futuro para el Mediterráneo?", remitido a la MAP este lunes, Kamel precisó que esta estrategia debe utilizarse como motor de un crecimiento sostenible, distribuido equitativamente pero siempre competitivo, y que sitúa en su centro la igualdad de género y los jóvenes.
"A medida que nos recuperamos, debemos aprovechar la oportunidad de crear nuevas sociedades inclusivas que garanticen que los jóvenes y las mujeres puedan realizar su potencial como agentes de cambio y para la economía de la región en su conjunto", dijo.
Tras haber estimado que "ya existen nuevos conceptos, nuevos modelos económicos, una voluntad de crear una cadena de suministro regional y nuevas estrategias públicas para ayudar a lograr el cambio necesario y no hace falta reinventarlos", el responsable subrayó la necesidad de garantizar una mayor cooperación y conectividad para garantizar el cambio necesario.
"Ya no hay duda de que una nueva era está a punto de llegar con Covid-19. Ahora nos preguntamos cómo podemos unir nuestras fuerzas para salir juntos más fuertes y resilientes de esta crisis, tanto en el Mediterráneo como en todo el mundo", dijo Kamel, para quien esta epidemia, una de las mayores crisis que hemos presenciado durante más de un siglo, actúa como un duro recordatorio de la necesidad de una cooperación estrecha y sin limitación más allá de las fronteras, entre los sectores pero sobre todo entre los ciudadanos y sus representantes.
Refiriéndose a las previsiones de la OCDE de que habrá una pérdida del 2% en el crecimiento anual del PIB por cada mes de confinamiento, Kamel estimó que esta realidad, válida a escala mundial, es aún más preocupante para la región del Mediterráneo, donde las condiciones de fragilidad y exposición están más concentradas.
De hecho, el cambio climático, un multiplicador de los riesgos para la salud, se agrava particularmente en la cuenca del Mediterráneo, donde avanza un 20% más rápido que la media mundial, subrayó, señalando que estos complejos desafíos (pandemias mundiales, cambio climático y exposición económica que deriva de ello) no pueden abordarse uno por uno, ni tampoco solos, de ahí la necesidad de reforzar la capacidad la resiliencia colectiva mediante un compromiso más profundo con los enfoques holísticos que estimulan y protegen la recuperación medioambiental, social y económica al mismo tiempo.
"Hay que reconocer que nuestra respuesta colectiva a los problemas mundiales determinará la rapidez de nuestra recuperación y nuestra capacidad para hacer frente a estos desafíos apremiantes", añadió.
Por otra parte, Kamel señaló que la Covid-19 ha reforzado la urgencia de la digitalización de las economías y dado aún más prioridad a esta cuestión en la agenda euromediterránea, señalando que "a través de los valores comunes de igualdad, cooperación y diálogo superaremos los desafíos complejos a los que nos enfrentamos".
Recordó que la UpM ha llamado constantemente a acciones concertadas e integradas que aborden los problemas fundamentales, con una comprensión global de su complejidad, para hacer frente a los desafíos sociales, medioambientales y económicos que todos compartimos en este espacio común, un punto de encuentro de tres continentes.
"El camino hacia un futuro mejor nos pertenece a todos y estamos decididos a ser audaces en nuestros compromisos para proporcionar un futuro mejor a las generaciones futuras", concluyó.