El Otmani, quien se expresaba en la tercera reunión de la comisión interministerial encargada del seguimiento y de la aplicación del programa gubernamental, subrayó que, lamentablemente, la situación epidemiológica experimentó una evolución preocupante durante la última semana, especialmente después de que la curva de contaminaciones por el virus comenzara a aumentar más rápidamente que en los primeros meses de la epidemia, con el incremento del número de los casos graves y de los fallecimientos, añadiendo que es en este contexto que se decidió prohibir los desplazamiento desde y hacia ocho ciudades del Reino.
El Otmani explicó también que esta decisión era difícil porque debía tener en cuenta a la vez la preservación de la salud de los habitantes de las ocho ciudades, de la salud de la población de las otras regiones del Reino, y también las condiciones sociales y humanas de varios ciudadanos, además de ciertas limitaciones económicas.
Esta decisión también fue dura en el sentido de que afecta a gran parte de la población y ya que se tomó inmediatamente después de una serie de medidas de flexibilización, lo que llevó a algunos ciudadanos a quejarse, destacó.
La decisión, que se debatió durante varios días, era crucial para evitar graves consecuencias, dijo, explicando que el riesgo de propagación del virus era alto para las familias, las aldeas y las ciudades de todo el país, sobre todo porque unos 2,5 millones de ciudadanos debían viajar durante ese período.
En este contexto, El Otmani subrayó que el Gobierno tenía que asumir su responsabilidad, asegurando que el poder ejecutivo reaccionaría de la misma manera si se encontrara en situaciones similares.