"Esta estrategia debería permitir evaluar el déficit de financiación verde e identificar las medidas y mecanismos que permitan al sector financiero nacional, así como a las instituciones financieras extranjeras, aumentar sus contribuciones a la financiación verde y climática", explicó Jouahri, interviniendo en una conferencia sobre el "impacto macroeconómico del cambio climático", coorganizada por BAM y el Banco Central de España.
Esta estrategia, sostuvo, irá acompañada de la adopción de una taxonomía financiera verde, necesaria para canalizar los flujos financieros y evitar el "green washing".
Refiriéndose a los esfuerzos de Marruecos para hacer frente a los efectos del cambio climático, Jouahri pasó revista a los convenios internacionales sobre el clima ratificados por el Reino.
El Reino ha puesto en marcha varios programas y estrategias sectoriales de gran envergadura, como el "Plan Climático Nacional 2020-2030", la "Estrategia Nacional de Baja Emisión de Carbono 2050" y el "Plan Nacional del Agua 2020-2050", recordó.
En el sector energético, las ambiciones también son grandes, con el objetivo de aumentar la proporción de energías renovables en el mix energético hasta el 52% de cara a 2030, dijo Jouahri, señalando que en noviembre de 2021, Marruecos presentó una Contribución Determinada a Nivel Nacional revisada con un objetivo más ambicioso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 45,5% para 2030.
En cuanto a la política presupuestaria, la ley marco sobre fiscalidad adoptada en 2021 incluye entre sus objetivos la promoción de la protección del medio ambiente, en particular mediante la introducción de un impuesto sobre el carbono, dijo.
"En Bank Al-Maghrib llevamos varios años participando en estos esfuerzos nacionales y mundiales para combatir el cambio climático y sus consecuencias", señaló Jouahri.
En 2021, el Banco Central dictó una directiva sobre la gestión de los riesgos financieros relacionados con el cambio climático y el medio ambiente, y actualmente está trabajando en nuevas directivas reglamentarias para orientar a los bancos sobre los datos que deben recopilar y los indicadores y métricas que deben establecerse para medir los riesgos climáticos que emanan de los principales prestatarios y evaluar la parte verde y sostenible de sus carteras.
En cuanto a la gestión de sus reservas en divisas, Bank Al-Maghrib incorpora el principio de sostenibilidad a su directiva de inversión, favoreciendo las inversiones sostenibles y responsables.
Como empresa, Bank Al-Maghrib ha reforzado su compromiso con el medio ambiente en los últimos años, convirtiéndolo en un eje principal de su política de responsabilidad social. En 2019, creó una estructura específica para una mejor toma en cuenta del cambio climático en sus misiones y reducir la huella medioambiental de sus actividades.
A este respecto, en 2021 el Banco realizó un balance de sus emisiones de gas de efecto invernadero y definió un plan para su reducción, que comprende principalmente programas de eficiencia energética, el uso de energías renovables y la movilidad sostenible.
En 2022, adoptó una carta de compromisos para una gestión responsable y sostenible de los recursos hídricos, contribuyendo así al esfuerzo nacional de racionalización de este recurso.
En la misma línea, BAM participa activamente en los trabajos de numerosas instancias internacionales como la NGFS (Network for Greening the Financial System), de cuyo comité directivo es miembro, y refuerza la cooperación en este ámbito con los bancos centrales socios y las instituciones internacionales, siempre con el objetivo de una mejor comprensión para una acción mejor.
Asistieron a la conferencia el ministro de Equipamiento y Agua, Nizar Baraka, la ministra de Transición Energética y Desarrollo Sostenible, Leila Benali, el presidente del Consejo Económico, Social y Medioambiental, Ahmed Reda Chami, el Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández De Cos, el Embajador de España en Marruecos, Ricardo Díez-Hochleitner, y representantes de los sectores bancario y financiero marroquíes.