En una entrevista a la MAP de cara a este evento cultural organizado por la asociación WE ART AFRICA//NS, Ajarraï precisó que el festival está en sintonía con la política importante adoptada por Marruecos hacia el continente africano a todos los niveles: político, económico y humano.
La dimensión cultural es de gran importancia en este contexto, ya que contribuye a acercar a los pueblos del continente, permitiendo a cada parte conocer a la otra y explorar su imaginación y su manera de escribir y expresarse, subrayó.
El FLAM pretende contribuir a este acercamiento entre los componentes del continente africano, con su historia de siglos y sus numerosos activos, añadió, afirmando que se trata de una "ocasión para conocerse mejor y combatir los estereotipos negativos sobre el continente".
En opinión del delegado general del festival, los escritores están cualificados para asumir este papel, ya que "a través de sus creaciones y su imaginación, nos llevan al mundo de otras culturas, con sus diferencias y sus puntos en común".
En cuanto a la elección de la ciudad de Marrakech para acoger este evento, Ajarraï respondió que ello se explica por varias razones, entre ellas su larga historia como ciudad que ha visto la cohesión de diversas comunidades humanas a lo largo de los siglos, incluidas las comunidades originarias del África subsahariana.
Los organizadores optaron por celebrar este festival simultáneamente con otro evento cultural africano, que tendrá lugar en Marrakech del 8 al 11 de febrero, a saber la Exposición de Arte Africano Contemporáneo, transformando, así, la Ciudad Ocre en una gran plataforma y "ágora" internacional de la literatura africana, que congrega a decenas de escritores, pensadores, artistas, creadores, periodistas y cientos de amantes del libro y el arte de Marruecos, África y el resto del mundo.