Esta visión resuena con pertinencia en el contexto marroquí, donde la educación representa un pilar fundamental para el futuro del país, añadió Power, que se encuentra de visita en Marruecos del 19 al 22 de mayo, en una entrevista concedida a la MAP.
Mientras se recupera del terremoto de Al Hauz, Marruecos se está situando a la vanguardia de la educación para la resiliencia, dijo, señalando que en asociación con USAID, Marruecos desarrollará un programa innovador destinado a reconstruir la infraestructura educativa dañada, integrando al mismo tiempo iniciativas de aprendizaje centradas en la preparación para los desastres naturales.
Este programa, añadió, irá más allá de la simple restauración de las escuelas, ya que incluirá módulos educativos específicos sobre la gestión de situaciones de emergencia, la prevención de riesgos naturales y la promoción de la resiliencia de las comunidades. El objetivo no es sólo proporcionar una educación de calidad, sino también dotar a las nuevas generaciones de las capacidades necesarias para afrontar los retos del futuro.
Al reforzar estas asociaciones y situar la educación en el centro de la reconstrucción tras el terremoto, continuó, Marruecos no sólo podrá recuperarse más rápidamente, sino que también se posicionará como un ejemplo mundial de resiliencia educativa, inspirando a otros países que se enfrentan a retos similares.
Al mismo tiempo, Power subrayó la importancia de adaptarse al cambio climático. «Marruecos, líder mundial en este campo, ha dado pasos significativos hacia su objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero», señaló.
Para apoyar estos esfuerzos, USAID colaborará con Marruecos en la elaboración de estrategias de desarrollo sostenible en los ámbitos de las energías renovables, la gestión de los recursos hídricos y la agricultura sostenible.