Durante una mesa redonda sobre «Políticas del sector financiero en la gestión de los choques y el refuerzo de la resiliencia en situación de incertidumbre», a la que asistieron responsables de instituciones financieras árabes e internacionales, Fettah señaló que, al igual que la mayoría de los demás países, Marruecos no se ha librado del aumento global de los niveles de inflación.
Desde principios de 2022, el Reino se ha visto afectado por una subida sin precedentes de los precios internacionales de la energía y los alimentos, a raíz de la recuperación económica mundial tras la pandemia de la COVID-19, las tensiones geopolíticas y las perturbaciones de las cadenas mundiales de suministro, precisó.
Estas presiones externas se han ido trasladando progresivamente a los costes de producción y a los productos locales, convirtiéndose en presiones internas, agravadas por los choques internos de abastecimiento que han afectado a determinados productos alimenticios debido a los sucesivos años de sequía y estrés hídrico que ha sufrido Marruecos, explicó la ministra.
En este contexto, Fettah señaló que Bank al Maghrib ha modificado la orientación de su política monetaria por primera vez en 14 años, con efecto a partir de septiembre de 2022, subiendo el tipo de interés clave tres veces consecutivas en un total de 150 puntos básicos para situarlo en el 3%.
Este enfoque restrictivo de la política monetaria, en línea con la tendencia mundial de los bancos centrales, permitió evitar cualquier empeoramiento de las previsiones de inflación para facilitar su retorno a los niveles deseados, concluyó.