Esta estación, que se construirá en la comuna de Lamharza Essahel (provincia de El Yadida), es una de las más grandes del mundo y la mayor de África, con una capacidad de producción anual de 300 millones de m3 al año, precisó Hammane en una declaración a la prensa con motivo de la presentación de este proyecto, señalando que abastecerá a las ciudades de Casablanca, Setat y Berrechid y a las zonas vecinas (Bir Ydid, Had Sualem).
La planta se construirá en dos fases y abastecerá de agua potable a casi 7,5 millones de habitantes de la región, agregó.
Durante la primera fase, cuya entrada en funcionamiento está prevista para finales de 2026, la planta deberá tener una capacidad de producción de 200 millones de m3 al año, ampliable en una segunda fase (prevista para mediados de 2028) a 300 millones de m3 al año, es decir, 100 millones de m3 adicionales, de los cuales 50 millones para uso agrícola, explicó el director general de la ONEE.
Estas obras se llevarán a cabo gracias a una asociación público-privada, prosiguió, señalando que la ONEE se ha asociado con socios privados nacionales e internacionales para financiar y realizar el proyecto.
Asimismo, la desalinizadora de Casablanca es igual de importante desde el punto de vista técnico, ya que estará equipada con las mejores tecnologías del sector y funcionará con energías renovables, añadió.
Toda la electricidad necesaria para el funcionamiento de la planta procederá de energías renovables no contaminantes, aseguró Hammane, subrayando que se han tenido en cuenta todas las acciones para respetar el medio ambiente.