“A pesar de diversos obstáculos, como la ralentización de la economía mundial, un choque inflacionista y el terremoto de Al Haouz, la economía marroquí ha mostrado resiliencia y se ha recuperado, con un aumento de la producción real del 3,4% en 2023", indica la institución financiera internacional en un comunicado publicado este jueves.
Este informe demuestra "la importancia de la productividad para mejorar el crecimiento económico y el nivel de vida de un país". Esto está en consonancia con el Nuevo Modelo de Desarrollo (NMD) y la visión de desarrollo inclusivo a largo plazo de Marruecos”, declaró el director del Banco Mundial para el Magreb y Malta, Ahmadou Moustapha Ndiaye.
“Recientemente, el país ha realizado importantes avances, en particular la puesta en funcionamiento del Consejo de la Competencia, modificando la Ley de Competencia, y firmando un acuerdo antimonopolio histórico con los distribuidores de combustible. Para aprovechar estos progresos, y tal como subraya el NMD, será necesario desplegar esfuerzos continuos, en particular para apoyar a las pequeñas y medianas empresas”, añadió Ndiaye, citado en el comunicado.
Los principales motores de esta aceleración, según el Banco Mundial, fueron la recuperación del sector turístico, los nichos manufactureros orientados a la exportación, sobre todo en los sectores automovilístico y aeronáutico, y la reactivación del consumo privado.
“Políticas macroeconómicas favorables, como estrategias de expansión del sector público y de consolidación prsupuestaria, controbuyeron igualmente a este crecimiento económico”, agregó.
Además, Marruecos ha experimentado un "aumento sustancial" de la inversión extranjera directa, lo que ofrece importantes oportunidades de desarrollo, y una caída del déficit por cuenta corriente a su nivel más bajo desde 2007.
No obstante, el Banco Mundial señala que la economía marroquí "se enfrenta a desafíos, ya que las empresas y los hogares luchan por recuperarse de los recientes choques, como lo demuestra el aumento de las quiebras de empresas y una pérdida de 200.000 puestos de trabajo en las zonas rurales de aquí a 2023, a pesar de la aceleración económica".
El consumo per cápita apenas ha recuperado sus niveles anteriores a la pandemia, y un nuevo programa de asistencia social apoyará a los hogares más vulnerables, subraya la misma fuente, que prevé que en 2024 el crecimiento económico se ralentice hasta el 2,9% "debido a una mala campaña agrícola, pero el PIB no agrícola debería permanecer estable".