Enclavada en el corazón de las montañas del Alto Atlas, esta región, famosa por sus paisajes exuberantes y sus suelos fértiles, goza también de un clima ideal para el cultivo de árboles frutales.
Los olivos de Al Hauz son famosos por producir frutos de calidad excepcional, gracias a su exquisito sabor y su riqueza en aceite.
Ait Mansour Hamid, presidente de la Cooperativa Sidi Ali de las Olivas y Almendras, en la aldea de Amghras (a 64 km de Marrakech), subrayó que el secreto de la calidad y prosperidad del sector agrícola de la región reside en el trabajo serio y asiduo de las comunidades locales.
“Nos esforzamos por cumplir las normas vigentes en todo el proceso de producción, desde el cultivo de los árboles hasta la recolección de los frutos y su transformación”, declaró a la MAP, señalando que los miembros de la cooperativa están implicados en la formación continua para mejorar constantemente los métodos de producción.
También señaló que las autoridades locales habían prestado una ayuda inestimable que permitió a la cooperativa ampliar sus actividades agrícolas, aumentar su capacidad de producción y modernizar sus instalaciones, en particular mediante la adopción de técnicas de riego localizado.
“Nuestro objetivo ahora es trabajar para ampliar la distribución de mercancías tanto a escala nacional como internacional”, agregó.
Por su parte, Moulay Driss Ait Saadan, presidente de la Cooperativa Tigdelt Azitoun, indicó que su organización emplea a una veintena de personas, hombres y mujeres, que recogen, limpian, procesan y envasan las olivas.
Tras recordar que el seísmo había causado importantes pérdidas a las comunidades locales, sostuvo que la determinación de los miembros de la cooperativa, lejos de verse mermada, se benefició de la ayuda de las autoridades locales, que nunca dejaron de prodigarles ayuda y apoyo.
Como principales fuentes de ingresos para muchas familias de la provincia, las cooperativas han demostrado una notable capacidad para recuperarse del terremoto.
Impulsadas por un espíritu comunitario de solidaridad y una determinación inquebrantable, estas cooperativas fueron capaces de movilizarse para reanudar sus actividades.
El enfoque innovador adoptado para hacer frente a los retos también ha permitido a estas cooperativas no sólo volver a su nivel de producción anterior al seísmo, sino también convertirse en un modelo para otras regiones del Reino.