En este mensaje, el Soberano afirma haber conocido con profunda emoción y aflicción la triste noticia de la desaparición de la actriz Naima Lamcharki, que Dios la tenga en su santa misericordia y la acoja en su vasto paraíso.
En esta dolorosa circunstancia, Su Majestad el Rey expresa a la familia de la difunta, a sus seres queridos y a sus admiradores, en particular a su familia artística y cultural nacional, sus más sentidas condolencias y sus sinceros sentimientos de compasión tras el fallecimiento de una de las pioneras del teatro, de la televisión y del cine en Marruecos, que contribuyeron, durante décadas, a enriquecer la escena artística marroquí con obras distinguidas.
La difunta destacó, a través de estas obras, la autenticidad y la riqueza del arte dramático marroquí noble y constructivo, gracias a su firme voluntad, su espontaneidad, su espíritu creativo y su pasión por el patrimonio nacional centenario, añade el Soberano.
Recordando las grandes cualidades humanas de la difunta, su sincero patriotismo y su indefectible apego al glorioso Trono alauí, Su Majestad el Rey implora al Altísimo que conceda a los miembros de su familia paciencia y consuelo, que la retribuya ampliamente por sus loables servicios rendidos a su patria y la acepte entre los Virtuosos.