“La situación ha cambiado. Ya no es cuestión de ser reactivos, sino proactivos”, señaló Dupuy, profesor de geopolítica en la Universidad de Lille, añadiendo que esta lógica se basa en el principio de que la cuestión del Sáhara “es y seguirá siendo la primera causa nacional” y que “es a través de este prisma que debe tomarse cualquier postura respecto a Marruecos”.
En este contexto, Dupuy subrayó el éxito de la diplomacia marroquí, que ha favorecido la actual dinámica internacional, marcada por un número creciente de países que apoyan la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara, varios de los cuales han abierto representaciones diplomáticas en Dajla y Laayún.
Para el geopolitólogo francés, esta dinámica de “360 grados” (africana, de Oriente Medio, americana, latinoamericana, europea y, cada vez más, de Europa del Este) se apoya en el enfoque de SM el Rey, que insiste en la importancia de reforzar la coordinación y la cooperación mutuamente beneficiosa, poniendo en pie de igualdad la diplomacia oficial y la diplomacia complementaria (parlamentaria, académica, económica, empresarial, de la sociedad civil y otras instituciones).