Esta planta cuyas hojas se secan, trituran y luego se transforman en una pasta, se utiliza principalmente para tatuar los antebrazos y los pies de las mujeres que participan en un matrimonio, pero también para teñir el cabello o para atraer buena suerte a los bebés, explica la UNESCO.
"La alheña simboliza el ciclo de la vida de un individuo, desde el nacimiento hasta la muerte, y está presente en las grandes etapas de su vida", continúa el texto que respalda su inclusión en el patrimonio inmaterial. Su uso, a menudo acompañado de manifestaciones orales, está vinculado a normas y tradiciones sociales que datan de varios siglos.
Sus motivos y diseños pueden variar según las regiones, con tatuajes temporales de inspiración amazigh en el norte de África, en comparación con los motivos florales más audaces de la península arábiga.
La candidatura de la henna fue apoyada por dieciséis países árabes, entre ellos Marruecos.
El Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial se ha reunido desde el lunes en Asunción, en Paraguay. De martes a jueves, debe decidir sobre la inscripción de 66 nuevos elementos presentados desde el enfoque de tradiciones comunitarias, según la UNESCO.