“Siendo conscientes de la gravedad de la enfermedad y del deber de atacarla en nombre de los valores humanos que nos animan, es imperativo reforzar la reunión de alto nivel de la ONU, por la creación de un fondo internacional para el tratamiento y la prevención del cáncer, al igual de lo que fue hecho en lo que concierne al Sida”, defendió Su Alteza Real.
SAR la Princesa Lalla Salma, presidenta de la Asociación Lalla Salma para la lucha contra el Cáncer (ALSC), lanzó este llamamiento, durante una recepción ofrecida por SM el Rey Mohammed VI y presidida por Su Alteza Real, al margen de la Reunión de alto nivel sobre las enfermedades no transmisibles (19-20 de septiembre) en el marco de la 66 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La Princesa Lalla Salma encabezó la delegación marroquí a esta reunión importante.
“Aprovecho esta ocasión para lanzar un llamamiento solemne para que esta propuesta sea apoyada y concretada con el fin de que varios enfermos, que hoy están totalmente despojados ante esta plaga, puedan, en un futuro próximo, obtener la atención médica y la asistencia adecuadas”, insistió Su Alteza Real.
“A menudo, esta enfermedad afecta a jóvenes en la flor de la edad, que dejan detrás de ellos a familias dislocadas, viudas, huérfanos e innumerables tragedias humanas, sin hablar de las pérdidas, daños y grietas que quiebran la sociedad entera”, subrayó SAR La Princesa Lalla Salma.
La Princesa también preconizó “la necesidad de ampliar la cooperación internacional y de diversificar sus dominios de acción, extendiéndolos a la formación, la cualificación, la transferencia de tecnología y los intercambios de experiencias, además de la intensificación y la profundización de las relaciones Sur-Sur”.
En este sentido, Su Alteza Real, también Embajadora de buena voluntad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la Promoción de la Prevención y del Tratamiento del Cáncer y Presidenta de honor de la Alianza de las ONG de la región del Mediterráneo Oriental para la lucha contra el Cáncer, expresó la plena disposición de la ALSC a obrar en este sentido en estrecha colaboración con algunos socios de la sociedad civil, los sectores públicos y privados, en el interior y en el exterior del Reino. Está dispuesta también a compartir las experiencias que acumuló en este dominio.
Los resultados registrados por la ALSC, desde su creación hace cinco años, “no habrían sido posibles sin la Alta solicitud de SM el Rey Mohammed VI hacia la asociación, sus actividades, sus programas y sus planes de acción”, prosiguió.
+El tabaco, una droga que hay que combatir +
Sin embargo, prosiguió la Princesa, “nuestra experiencia, por muy importante que sea, exige unos esfuerzos sin tregua por nuestra parte.
Esta experiencia nos anima a obrar de común acuerdo con los países hermanos y amigos, para incitar el conjunto de la comunidad internacional a inscribir la lucha contra el cáncer entre sus prioridades, y a movilizarse para combatir resueltamente las plagas que contribuyen a esta enfermedad, particularmente en los países en vía de desarrollo. En efecto, medimos la amplitud de los déficit y de las insuficiencias que sufren los enfermos en estos países, tanto a nivel de la prevención como a nivel de la detección y de la terapia”.
Tratándose de la prevención, observamos con pesar la proliferación del cáncer debido al tabaco, que está detrás del 30% de las enfermedades diagnosticadas a este nivel. También comprobamos con pena la importancia de los capitales generados por la industria del tabaco, que no puede ser en ningún caso apreciada como una fuente de riqueza, sino más bien de pérdida.
Solamente hay que ver, de hecho, el número de fallecimientos registrados cada año y los miles de millones de dólares que son gastados en los tratamientos médicos y que a menudo generan graves déficit en las estructuras de cobertura y de seguros de enfermedades.
Es por eso que las medidas tomadas aquí y allí quedan insuficientes mientras el tabaco no esté considerado como una droga que hay que combatir al igual que las demás sustancias ilícitas.
En cuanto a la detección, y a pesar de las experiencias de algunos países, en lo que toca al cáncer de mama y del cuello de útero, numerosos son los Estados que carecen singularmente de los medios de detección precoz, lamentó Su Alteza Real, por eso “es imperativo adoptar un enfoque nuevo y poner en marcha programas especiales, en un marco asociativo que permita circunscribir los efectos de esta enfermedad”.
Abordando el dominio de la terapia, SAR subrayó que las “insuficiencias parecen todavía más agudas, teniendo en cuenta que la importancia del coste, que un gran número de enfermos de los países en vía de desarrollo son incapaces de soportar. Esto se presenta más lamentable aun puesto que las ayudas internacionales registran, desgraciadamente, una recesión neta que agrava el abismo constatado entre los Estados del Norte y los del Sur”.
Si todavía no se ha llegado a erradicar esta enfermedad, los países del Norte por lo menos han logrado atenuar considerablemente las incidencias sobre los enfermos y la sociedad, gracias a los regímenes que establecieron para asegurar la cobertura médica y la asunción de los enfermos, destacó la Princesa Lalla Salma.
En cambio, los países del Sur “no disponen siquiera del umbral mínimo de esta protección. En los países más pobres, los enfermos no pueden acceder a una asunción médica. Por falta de detección, incluso no son conscientes de su patología y pasa que mueren ignorando la naturaleza de su enfermedad”, lamentó Lalla Salma.
“Es el momento para la comunidad internacional de dar el interés que hace falta al cáncer y a sus incidencias, en el marco de un compromiso claro por parte de la ONU y sus instituciones que, teniendo en cuenta el sufrimiento de los enfermos y de sus familias, ponga el combate contra esta afección no transmisible a la cabeza de los esfuerzos dedicados a la promoción de los valores humanos”, concluyó SAR la Princesa Lalla Salma.