"Efectivamente, cuando se dan resultados positivos, los partidos, la clase política y los responsables, se precipitan hacia el frente de la escena a fin de sacar rédito político y mediático de los logros realizados. Sin embargo, cuando las cosas no funcionan como es debido, se escuda detrás del Palacio Real atribuyéndole todas las cosas", deplora el Soberano en su Discurso del Trono, dirigido esta noche a la Nación.
En este sentido, SM el Rey revela que “la evolución política y de desarrollo, que conoce Marruecos, no ha producido un efecto positivo sobre el comportamiento de los partidos y responsables políticos y administrativos con las aspiraciones y verdaderas preocupaciones de los marroquíes”, observando que las opciones de desarrollo de Marruecos, son por lo general acertadas. Sin embargo, el problema radica en las mentalidades que no han cambiado y en la capacidad creativa y de aplicación”.
“Esto es lo que lleva a los ciudadanos a recurrir al Soberano del país, quejándose de las administraciones y responsables que tardan en responder a sus reivindicaciones y tratar sus expedientes, y rogándole intervenir para resolver sus asuntos”, subraya el Soberano, afirmando que “el deber requiere que los ciudadanos reciban respuestas convincentes, dentro de plazos razonables, en torno a sus interrogantes y quejas”.
“Ante tal situación, el ciudadano tiene el derecho de preguntarse: ¿para qué sirve tener instituciones, organizar elecciones, nombrar gobierno, ministros, walís, gobernadores, embajadores y cónsules, si éstos viven en un mundo y el pueblo, con sus preocupaciones, en otro?, indica el Soberano, afirmando que las prácticas seguidas por algunos responsables electos, llevan a un determinado número de ciudadanos, particularmente jóvenes, a abstenerse de participar en la acción política y tomar parte en las elecciones. Porque simplemente no confían en la clase política, y porque algunos actores han desvirtuado la política y la desviaron de su noble esencia”.
¿Y si ahora al Rey de Marruecos no le convence la manera de ejercerse la política y no confía en una serie de políticos, qué más puede hacer el pueblo?, se pregunta el Soberano.
SM el Rey dijo a todos aquellos que frustran las expectativas del pueblo: "¡ya basta!" (¡baraka!), ¡Temed a Dios en lo que a nuestra patria concierne…! ¡Desempeñad completamente vuestras funciones, o retiraros! Marruecos tiene a sus mujeres y hombres íntegros”.
“Ahora bien, esta situación no debe durar porque se trata de los intereses de la Nación y de los ciudadanos. Yo mido mis palabras y sé lo que digo… ello emana de una profunda reflexión”, advierte el Soberano.