En el marco de las medidas preventivas adoptadas por la DGAPR para preservar la seguridad de los detenidos y de los establecimientos penitenciarios ante el peligro de la propagación del nuevo coronavirus y tras la finalización del período de aislamiento sanitario del primer grupo de funcionarios de la prisión local de Alcazarquivir, que trabajó durante dos semanas sucesivas, se ha procedido, el pasado sábado, en coordinación con los servicios locales de la administración territorial y del Ministerio de Sanidad, al control médico de los funcionarios tanto de los que han regresado a sus puestos como de los que deben abandonar el establecimiento, precisó la delegación en un comunicado.
Después de que la comisión constatara que tres funcionarias presentaban ciertos síntomas, se decidió mantener en servicio los elementos del primer grupo y aplazar la entrada en servicio de los funcionarios del segundo grupo, añade el comunicado, informando de que las tres funcionarias mencionadas han sido sometidas a pruebas de detección cuyos resultados resultaron positivos.
Los servicios del Ministerio de Sanidad y el comité provincial de vigilancia iniciaron inmediatamente los procedimientos del examen médico a favor de las cuatro reclusas en el pabellón de mujeres, una parte independiente del establecimiento, así como de todos los elementos del primer grupo y de los empleados de la empresa encargada de la restauración, prosiguió la misma fuente, observando que los resultados fueron negativos con excepción de dos casos que dieron positivo.
Estos dos casos son el de un conductor que no tiene contacto directo con los detenidos y de una nueva reclusa que llegó al establecimiento el 8 de abril, indica el comunicado, señalando que los casos contaminados, así como una detenida que estaba en contacto con la reclusa infectada, fueron trasladados al hospital para someterlos al protocolo de atención médica adoptado por los servicios competentes.
Por otra parte, la DGAPR afirmó que, en el marco de su preocupación por preservar la seguridad de los detenidos y del personal y con el fin de controlar la situación, movilizó sus diferentes servicios centrales, regionales y locales y adoptó una serie de medidas urgentes en coordinación con las diferentes autoridades competentes, desde la aparición de los primeros casos de contaminación.
Se trata de la esterilización todas las dependencias del establecimiento penitenciario, del reforzar las medidas preventivas, en particular la distribución de un número suficiente de mascarillas de protección para los funcionarios, los empleados y los reclusos, insistiendo al mismo tiempo en la obligación de llevarlos, así como el control de la circulación dentro del establecimiento y la senseibilizaación sobre la necesidad de respetar las normas de higiene.
También se decidió reforzar el control y el nivel de vigilancia médica en la cárcel local de Alcazarquivir, añadió la misma fuente, indicando que para proteger mejor a los detenidos y a los funcionarios de esta prisión, estos últimos serán dotados de trajes de protectores, mientras que los funcionarios del segundo grupo se someterán a los exámenes médicos necesarios antes de llegar al establecimiento.