Mucho antes de la aparición del nuevo coronavirus, Marruecos, a través de la Constitución "vanguardista" de 2011, ha sentado las bases de una sociedad civil movilizada y activa para apoyar las medidas adoptadas por las instituciones del Estado y establecer un sistema de buena gobernanza que establece las tareas de cada parte, dice el director del Observatorio, Fernando Oliván en un artículo publicado en el periódico electrónico español "Tribuna Libre".
Oliván, que recuerda que la lucha contra una enfermedad se basa en una colaboración necesaria y voluntaria de la sociedad, sostuvo que Marruecos tiene el mejor instrumento para lograr la movilización de la sociedad civil, a saber la Constitución de 2011 y especialmente su Título XII.
Así pues, la Ley Fundamental del Reino de Marruecos es "una verdadera obra de arte e ingeniería social" en la medida en que ha abierto la puerta a los jóvenes y a las asociaciones de la sociedad civil para una mayor participación en la aplicación de las políticas del Estado, destacó el jurista.
La gran batalla contra Covid-19 no sólo consiste en renunciar a nuestros derechos de movimiento, libertad y relaciones intersociales, sino en el "civismo y la implicación" de la sociedad civil para llegar hasta el final en esta lucha diaria, precisó el académico español.