Desde la declaración de un año en blanco, hasta el éxito generalizado de los alumnos en la escuela, pasando por escenas de saqueo en supermercados o tiendas, en barrios o incluso en ciudades aisladas a causa de la pandemia, o ayudas financieras asignadas a las escuelas del sector privado e incluso por cabeza de caballo, la imaginación de estos alborotadores parece no tener límites.
Como lo ridículo no mata, al menos no tanto como el Covid-19, las mentes estrafalarias de estos bufones inveterados han ideado remedios tradicionales a base de ajo o de eucalipto, que según juran son muy eficaces contra la enfermedad. Podemos imaginarlos riéndose con burla mientras le cuentan al diablo sobre la cloroquina y el trabajo del respetable profesor Didier Raoult.
Otros recomiendan, sin pestañear, desinfectar las mascarillas en el microondas durante dos minutos cada vez, o ingerir bebidas alcohólicas para prevenir la enfermedad, o rociarse con cloro o beber café. Tantos consejos, uno más caricaturesco y no menos ridículo que el otro.
Lo más sorprendente en esta letanía de falsas noticias es que medios de comunicación supuestamente serios, hasta ahora, han implicado, a pesar de ellos mismos, a agentes de la DGSN en los contratiempos de un equipo del canal Al-amazighya en Tiflet.
En la MAP, somos muy conscientes de que las falsas noticias son un fenómeno mundial. Inexorable e imparable. También sabemos muy bien que estos bromistas locales, ocultos tras el anonimato de sus pantallas, no descansan nunca, pero una semejante cantidad industrial de intoxicación, generada sin vacilar, que además, en un momento grave, pone seriamente en duda la salud mental de sus autores. Los psicólogos algún día tendrán que investigar el caso de estos pirómanos 2.0. De su conclusiones nacerá una nueva rama de la terapia psicológica.
Rastreamos diariamente sus fechorías, las denunciamos en nuestro hilo y en todas nuestras plataformas y hacemos un llamamiento a su sentido de ciudadanía para poner fin a sus acciones; si la ciudadanía todavía tiene un significado para ellos.