El encuentro dio lugar a un debate rico con propuestas e ideas concretas capaces de llegar a una visión clara y bien definida de lo que puede y debe ser la aportación de la cultura en el futuro.
Los participantes en el debate, organizado en colaboración con los jóvenes del "Label Morocco l'Ghedd", reflexionaron sobre los medios de capitalizar la riqueza cultural de Marruecos para incluirla en la estrategia de proyección internacional del Reino y del objetivo de renovación de la sociedad, que incluye la promoción del papel de la juventud y de las actividades culturales.
"La cultura es una palanca de desarrollo, un elemento a la vez de movilización, de sensibilización y de unidad de nuestro pueblo y de nuestro país, porque es un vehículo que tiene todas las virtudes y todas las cualidades", explicó André Azoulay, consejero de Su Majestad el Rey, en su intervención en el marco de este encuentro.
"Después de este período difícil, soy a la vez positivo y convencido de que vamos a recuperarnos y el motor de esta recuperación será cultural. Esto es lo que nos devolverá la confianza en nosotros mismos para crear", destacó Azoulay.
"La educación a la cultura en todas sus expresiones constituye una riqueza. Es nuestro petróleo y también nuestra fuerza", prosiguió el mismo.
Azoulay subrayó que "más allá de la palanca emocional o estética de la cultura, hay todo lo que nos autoriza y nos permite actuar y ganar", añadiendo que "cada dírham invertido en la cultura genera un valor añadido considerable, más que otros sectores".
"Por lo tanto, es necesario tomar, después de esta prueba difícil, la justa medida de este yacimiento que nosotros, los marroquíes, poseemos y que hace nuestra singularidad y al mismo tiempo una parte de nuestro éxito o al menos de nuestra capacidad de seguir siendo nosotros mismos", recomendó el consejero del Soberano.
En la misma línea, Ahmed Ghayat, presidente de la Asociación "Marocain Pluriels", estimó que "si hay un ámbito que puede y debe tener un papel primordial, es la cultura, tanto a nivel de la proyección internacional como a nivel del nuevo modelo de desarrollo del Reino, sosteniendo que "el confinamiento ha demostrado el papel capital de la cultura".
Ghayat subrayó que en la fase post-coronavirus, "Marruecos tiene una verdadera carta que jugar: una oportunidad de desarrollar el "Made Morocco" y de ser un puente entre Europa y África".
Por su parte, Monique El Grichi, empresaria, comunicadora y asociativa, indicó que la cultura es "uno de los mejores embajadores para Marruecos", observando que el Reino, más allá de sus ventajas, en particular geográficas, "es uno de los únicos países del mundo con una cultura milenaria, monumentos extraordinarios y un patrimonio plural, pero que no se destaca lo suficiente".
"La cultura es el espejo de todo lo que somos y pone de relieve nuestra tradición, nuestra historia y nuestro futuro", aseguró El Grichi, que llamó a una revalorización completa de todas las vías culturales y la puesta en marcha de un programa nacional de reapertura de casas de la cultura, casas de jóvenes y conservatorios municipales.
Por su parte, el director Nordine Lakhmari insistio en los medios que se deben ofrecer a la juventud para hacer vivir la cultura de proximidad, mientras que el músico Rhani Krija abogó por el retorno de la educación cultural a las escuelas.
La artista Latefa Ahrrare hizo hincapié, particularmente, en el papel de la cultura como "espíritu de un pueblo y suplemento de alma", en el momento en que el cantante Maxime Karoutchi llamó el nuevo ministro de Cultura a entablar un diálogo con los artistas con el fin de llegar a propuestas capaces de promover el sector.
Esta primera edición, a la que asistieron no menos de 3.000 internautas, contó también con la participación de Moussa Laarif, presidente de la asociación Hiphop Family, como portavoz de la juventud marroquí.