1- ¿Cómo valora usted la estrategia preconizada por Marruecos para frenar la propagación del virus?
Mientras que países como España, Italia y Francia informan de 456 fallecimientos por millón de habitantes, Marruecos sólo registra 6 fallecimientos, una de las tasas más bajas del mundo, ex aequo con países que han demostrado el éxito de su control de la pandemia, como Corea del Sur.
La tasa de enfermos por millón de habitantes es también claramente inferior en comparación con los países de Europa occidental: sólo 327 casos/millón en Marruecos, frente a 6.328 en España, 3.975 en Italia y 2.496 en Francia. Estos indicadores son más favorables que todos los demás países de Europa, Asia o América, con una población total de entre 30 y 50 millones de habitantes.
Con el análisis de estos indicadores, está claro que las medidas adoptadas por SM el Rey Mohammed VI han tenido resultados muy satisfactorios para limitar el contagio y las muertes debidas a la pandemia. Esta experiencia exitosa sería muy útil para compartir con muchos otros países con niveles de desarrollo y características socioeconómicas y demográficas similares.
2- ¿Qué puede decir usted sobre este contexto general de crisis vinculada a la pandemia y sobre la importancia de la solidaridad nacional y regional para reducir sus efectos económicos?
La pandemia del COVID-19 es una plaga con múltiples repercusiones a todos los niveles. La economía global se ha visto gravemente afectada por la prolongada parálisis de la actividad económica en la mayoría de los sectores. Miles de personas han perdido sus puestos de trabajo y cientos de pequeñas y medianas empresas terminarán por declararse en quiebra.
El Banco Mundial prevé una contracción global del 5,2% a medio plazo, con efectos negativos a largo plazo debido a la disminución de las inversiones, ralentización del comercio internacional, fragmentación de las cadenas de producción y erosión del capital humano.
Las naciones más ricas pueden gastar una parte sustancial de su PIB, como Japón con más del 20%, los Estados Unidos con una propuesta que representa el 14% de su PIB, o encontrar otras estratagemas como Francia, que ofrece créditos garantizados a bajo interés para reactivar las empresas, así como financiar los salarios de los trabajadores en un 84%, mientras que los Países Bajos ofrecen apoyar el 90% de los salarios de las empresas. Otros países en vías de desarrollo no tienen esta posibilidad, como Colombia, que sólo gastará el 1,5% de su PIB, o los países emergentes que dependen de la venta de petróleo, cuyos precios se han desplomado a valores negativos.
A este respecto, la contribución al Fondo Especial para la Gestión del Coronavirus de SM el Rey Mohammed VI de 32.000 millones de dírhams es una suma considerable que sitúa a Marruecos al nivel de Australia, Alemania y Hong Kong con un 10% del PIB. Porque sólo una estrategia agresiva para relanzar la economía a corto y medio plazo permitirá limitar los sobresaltos económicos previstos a medio y largo plazo.
3- ¿Cuál es su valoración de la iniciativa de SM el Rey Mohammed VI de enviar ayudas médicas a países africanos para acompañar sus esfuerzos de lucha contra la pandemia de COVID-19?
Sin duda, una de las lecciones más destacadas de esta pandemia es la necesidad de la cooperación regional e internacional. Esta cooperación tiene varias ventajas, más allá del alivio de la población afectada en un país vecino o amigo, permite fortalecer los vínculos diplomáticos que tendrán repercusiones económicas en beneficio del país solidario.
La iniciativa real de prestar asistencia a los países africanos dará sus frutos aumentando la influencia del Reino en la región y reforzando su papel diplomático como una fuerza creciente en el continente. Una estrategia de gran lucidez a medio plazo que permitirá a Marruecos diversificar su mercado y posicionarse como líder regional e interlocutor intercontinental importante para los países africanos frente a Europa.