- Elaboración de un nuevo modelo de equilibrio económico y desarrollo sostenible, en consonancia con la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), apoyado por un seguimiento de los indicadores ya disponibles. Esta recomendación implica, como primer paso, apoyar el análisis de los efectos de la crisis en los diferentes sectores, apoyar la planificación de la respuesta económica y social, así como la gestión de los recursos.
- Innovar en la recopilación y el análisis de datos contextualizados para no dejar a nadie atrás.
- Considerar la crisis como una oportunidad para fortalecer la regionalización avanzada y valorizar el papel de la sociedad civil.
- Prestar especial atención a la evolución de la pobreza multidimensional y a la planificación de una respuesta inclusiva. Esto incluye la planificación de una respuesta adaptada a los segmentos de la población más afectados por la crisis y, por lo tanto, más vulnerables a caer en la pobreza.
- Invertir en la continuidad de los servicios públicos de salud, de educación y de administración durante y después de la crisis.