Estos inmigrantes, en su mayoría subsaharianos, fueron conducidos sanos y salvos a varios puertos del Reino, tras recibir los cuidados necesarios a bordo de las unidades de la Marina Real, precisa de la misma fuente.
Al mismo tiempo, otros guardacostas interceptaron en el Mediterráneo un velero, dos jet-skis y un go-fast, utilizados en el tráfico de estupefacientes.
Esta operación permitió detener a los traficantes, entre ellos tres españoles y dos marroquíes, e incautar alrededor de una tonelada de chira, prosigue la fuente, añadiendo que los traficantes, los medios de navegación y la droga fueron entregados a la Gendarmería Real para los procedimientos legales vigentes.