"El 30 de octubre de 2019, el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 2494, en la que subrayó la "necesidad de llegar a una solución política, realista, pragmática, duradera y basada en el compromiso" a la cuestión del Sáhara marroquí, indicó en dicho informe.
Guterres destacó también el impulso político generado por el proceso de mesas redondas iniciado por el ex Enviado Personal, Horst Köhler, con la participación de todas las partes concernidas por la cuestión del Sáhara marroquí, y que constituye la única vía para continuar el proceso político exclusivo de las Naciones Unidas.
En este marco, Guterres sostuvo que "el Enviado Personal Horst Köhler fue capaz de restablecer una dinámica y un impulso muy necesarios al proceso político, en particular a través del proceso de mesas redondas que reunió a Marruecos, el "polisario", Argelia y Mauritania". Insistiendo "que es esencial no perder la continuidad de este proceso político", reiteró su "compromiso para el nombramiento de un nuevo Enviado Personal para continuar los progresos realizados" en el proceso de mesas redondas.
El más alto responsable de la ONU, puso de relieve, en particular, la posición del Reino con respecto al diferendo artificial en torno a sus Provincias del Sur, tal como se establece en el discurso Real con motivo de la celebración del 44º aniversario de la gloriosa Marcha Verde.
Por otra parte, el secretario general de las Naciones Unidas elogió la cooperación de Marruecos con la MINURSO durante el difícil período de la pandemia de Covid-19. Gracias a las medidas tomadas por las autoridades marroquíes, "no se ha registrado ningún caso entre el personal de la MINURSO", resaltó, añadiendo que "el Gobierno de Marruecos, en particular, ha apoyado a la MINURSO en varios aspectos, proporcionando asistencia mediante la entrega de resultados rápidos de los test Covid-19 para las tripulaciones de los aviones y para ayudar al personal civil y militar a viajar desde y hacia la zona de operaciones de la Misión, dándoles acceso a vuelos internacionales comerciales especiales».
Asimismo, Guterres dirigIó una requisitoria inequívoca contra las violaciones masivas, gravísimas y persistentes del alto el fuego cometidas por el "polisario", así como de los Acuerdos militares y de las resoluciones del Consejo de Seguridad, en particular en Guergarat, instando, de forma seca y sin ambages, al "polisario", "a resolver rápidamente las numerosas violaciones pendientes del Acuerdo Militar N.1".
En cuanto a los derechos humanos, el secretario general de la ONU estableció un balance sombrío de las violaciones masivas de estos derechos en los campamentos de Tinduf en Argelia, especialmente durante este período de Covid-19.
A este respecto, Guterres llamó la atención del Consejo de Seguridad a que "el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) recibió informes sobre las consecuencias negativas del cierre de las fronteras, de los obstáculos a la ayuda humanitaria y la disminución de las actividades económicas en los campamentos de Tinduf", añadiendo que "el ACNUDH también recibió informes sobre los acosos, las detenciones y los malos tratos por las fuerzas de seguridad del polisario contra blogueros, médicos y enfermeras encargados de la documentación de los casos de COVID-19 en los campamentos de Tinduf".
Por otra parte, Guterres recomendó la renovación del mandato de la MINURSO por un año, hasta el 31 de octubre de 2021. No sin precisar que "la tarea principal del mandato de la MINURSO es la supervisión del alto el fuego", descartando, una vez más, las pretensiones falaces de los adversarios de Marruecos en lo que se refiere a la organización de un pretendido referéndum, enterrado por el Consejo de Seguridad y la Secretaría General de la ONU desde hace más de dos décadas.
Por último, a lo largo de su informe, el secretario general subrayó la exclusividad de las Naciones Unidas en el proceso político sobre el Sáhara marroquí. En este marco, citó, entre otras cosas, la declaración del Presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki, en la última Cumbre de la UA, en la que llamó "a la aplicación de la decisión de Nuakchot (693) que pidió a la Troika aportar un apoyo efectivo a los esfuerzos de la ONU, a la que las partes confiaron voluntariamente la búsqueda de una solución duradera y justa a este diferendo".
En definitiva, este nuevo informe del secretario general reafirma la posición del Reino sobre el conjunto de los aspectos vinculados al diferendo regional sobre el Sáhara marroquí, lejos de las gesticulaciones estériles y de las maquinaciones falaces de los adversarios de su integridad territorial.
Estos últimos se encuentran, una vez más, en el banquillo de acusación ante la comunidad internacional por sus violaciones y sus obstrucciones que comprometen desde hace más de 45 años la construcción de un Magreb Árabe unido, que garantice el desarrollo, la estabilidad y la emancipación de las poblaciones de sus cinco países.