Según una fuente cercana al dosier, estos actos, así como la intimidación al personal de la MINURSO, en particular arrojando piedras contra un helicóptero que sobrevolaba la zona, ponen en grave peligro la sostenibilidad del alto el fuego y violan las cinco últimas resoluciones del Consejo de Seguridad, que exigieron que el "polisario" respetara el alto el fuego y se abstuviera de todo acto susceptible de desestabilizar la situación o comprometer la reanudación del proceso político.

Las resoluciones de las Naciones Unidas también han instado, y desde la resolución 2414 adoptada en 2018, a los separatistas a retirarse inmediatamente de la zona tampón de Guerguerat, recordó la misma fuente.

Se trata también de un desafío al secretario general de la ONU, quien llamó en tres ocasiones a la preservación de la libertad de circulación civil y comercial en la zona tampón, subraya la misma fuente antes de señalar que el "Polisario" no esconde su voluntad de torpedear la legalidad internacional, a través de sus llamamientos a la guerra y su abierto desprecio al secretario general y la MINURSO, atacados permanentemente por los separatistas.

Marruecos, continúa la fuente, ha mostrado hasta ahora la máxima contención y sabiduría ante esta situación extremadamente grave, en la que un grupo separatista armado está llevando a cabo actos de bandidaje en una zona del territorio nacional marroquí puesta bajo la responsabilidad de las Naciones Unidas.

Esta actitud de Marruecos fue celebrada por los miembros del Consejo de Seguridad durante la adopción de la resolución 2548, que exige, por quinta vez, que el "polisario" se abstenga de todo acto de desestabilización en la zona situada al este y al sur del dispositivo marroquí de defensa.

Sin embargo, advirtió que "Marruecos no aceptará un cambio en el estatus de la zona situada al este y al sur del dispositivo de defensa, que constituye una parte integrante del territorio marroquí".

El Reino, concluye la fuente, toma por testigo a la comunidad internacional de la responsabilidad del "polisario", apoyado por Argelia, que lo creó y sigue armándolo y financiándolo.