En una entrevista concedida a la agencia de prensa española "Efe", publicada este sábado, Bourita destacó que Marruecos todavía no ha recibido de Madrid las respuestas a los interrogantes legítimos que planteó en el comunicado publicado el pasado domingo.
"¿Por qué las autoridades españolas consideraron que no había que informar a Marruecos?, ¿por qué prefirieron coordinar con los adversarios de Marruecos?, ¿es normal que nos hayamos enterado por la prensa?", insistió el ministro marroquí, preguntándose si España "desea sacrificar su relación bilateral" por el caso del denominado Brahim Ghali.
Este asunto "es un test sobre la fiabilidad de nuestra relación y su sinceridad, y sobre si son algo más que un eslogan", advierte el ministro, recordando que Marruecos siempre ha apoyado a España frente al separatismo de los independentistas catalanes.
"Cuando España se enfrentaba al separatismo, Marruecos fue muy claro, y al más alto nivel: rechazando todo contacto e interacción con ellos e informando a nuestros socios. Cuando (los catalanes) nos pedían que los recibiéramos en el ministerio, exigíamos que alguien de la Embajada de España estuviera presente", recordó.
"Con los socios, no se maniobra por la espalda para una cuestión que es fundamental para Marruecos", recalcó Bourita, añadiendo que antes de dar un paso adelante en las relaciones bilaterales "primero hay que clarificar las cosas".
Bourita indicó que el caso de Brahim Ghali refleja "la doble cara del polisario: mientras que sus dirigentes tienen derecho a un avión particular y a una nueva identidad, su población secuestrada en Tinduf no tiene ni mascarillas ni gel hidroalcohólico, mientras son devorados por el covid en la indiferencia más total".
El denominado Brahim Ghali "es un violador que toleró la esclavitud, la tortura, los crímenes de guerra, los niños soldados y el genocidio, y España lo sabe antes que nadie. ¿Desea sacrificar su relación con Marruecos por esta persona?", se preguntó el ministro.
Volviendo a las denuncias presentadas por las víctimas del denominado Brahim Ghali, especialmente por la Asociación Saharaui de Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) y la Asociación Canaria de Víctimas del Terrorismo (ACAVITE), Bourita se preguntó "¿Dónde está la justicia española en todo esto?, ¿ningún juez ha creído necesario actuar ante estas demandas?".
En cuanto a los argumentos según los cuales España es la potencia ocupante del sur de Marruecos, el ministro marroquí señaló que se trata de "un pretexto que ya no se sostiene", explicando que España ha ocupado también territorios del norte de Marruecos, pero ahí "actúa con normalidad".
"No podemos quedarnos prisioneros del pasado español", insistió.
Es cierto que Marruecos y España mantienen "un partenariado global: político, económico, comercial, humano y policial", y ahí entra la cuestión migratoria, precisó Bourita, añadiendo que no hay que pensar que se trata de "una relación a la carta: cuando se trata de maquinar con Argelia y el polisario, Marruecos sale de la pantalla del radar de España, pero cuando hablamos de emigración o del terrorismo, volvemos a ser importantes".
En este sentido, Bourita subrayó, una vez más, que Marruecos se niega a ser "el gendarme" de la Unión Europea sobre las cuestiones de la migración.
"La emigración necesita un tratamiento global, no solo financiero: debemos ser asociados a la visión, a la formulación de estrategias, y no solo a su puesta en marcha a cambio de una cantidad de dinero", dijo.
Las cuestiones migratorias en Europa dependen de cuestiones políticas: "los sondeos políticos, las presiones y los plazos electorales llevan a los europeos a consideraciones cortoplacistas", lamentó Bourita, llamando a "no diabolizar el fenómeno migratorio".