El fondo del problema es una cuestión de confianza rota entre socios, subraya el Ministerio en una Declaración sobre la crisis entre los dos países.
"La crisis no está limitada al asunto de un hombre. No comienza con su llegada, ni terminará con su partida. Se trata, ante todo, de una cuestión de confianza y de respeto mutuo rotos entre Marruecos y España", añade el Ministerio, precisando que "es una prueba para la fiabilidad de la asociación entre Marruecos y España".
Si la crisis entre Marruecos y España no puede terminar sin la comparecencia del denominado Ghali, no puede resolverse sólo con su audiencia, indica el Ministerio, destacando que las legítimas expectativas de Marruecos van más allá : Comienzan con una aclaración, sin ambigüedades, por parte de España de sus elecciones, sus decisiones y sus posiciones.
Para Marruecos, el llamado Ghali no es más que el reflejo del "polisario", agrega el Ministerio. "La manera por la cual accedió a España -con pasaporte falso, bajo una identidad argelina falsa y en un avión presidencial argelino- traiciona la esencia misma de esta milicia separatista", explica el Ministerio.
Más allá del caso del denominado Ghali, este asunto "ha revelado las actitudes hostiles y las estrategias perjudiciales de España hacia la cuestión del Sáhara marroquí. Ha revelado la connivencia de nuestro vecino del norte con los adversarios del Reino para socavar la integridad territorial de Marruecos", afirma la misma fuente.
"¿Cómo, en este contexto, puede Marruecos volver a confiar en España? ¿Cómo podemos saber que España no volverá a conspirar con los enemigos del Reino? ¿Puede realmente Marruecos contar con que España no actuará a sus espaldas? ¿Cómo restablecer la confianza después de un error tan grave? ¿Qué garantías de fiabilidad tiene Marruecos hasta hoy? De hecho, esto equivale a plantear la siguiente pregunta fundamental: ¿Qué busca realmente España?", se pregunta el Ministerio.
A este respecto, el Ministerio subraya que esta crisis plantea además una cuestión de coherencia, destacando que no podemos luchar contra el separatismo en casa y fomentarlo en casa del vecino.
"Es en nombre de esta coherencia hacia sí mismo primero y hacia sus socios después, que Marruecos nunca instrumentalizó el separatismo. Nunca lo ha fomentado como moneda de cambio en sus relaciones internacionales, particularmente con sus vecinos", recuerda el Ministerio.
En este sentido, prosigue la misma fuente, la política de Marruecos hacia España siempre ha sido clara, resaltando que durante la crisis catalana, Marruecos no optó por la neutralidad, sino que fue uno de los primeros en ponerse del lado de la integridad territorial y la unidad nacional de su vecino del norte de forma clara y contundente.
"La pregunta es legítima : ¿Cuál habría sido la reacción de España si un representante del separatismo español hubiera sido recibido en el Palacio Real marroquí ? Cuál habría sido la reacción de España si este representante hubiera sido recibido pública y oficialmente por su aliado estratégico, su importante socio comercial y su vecino más cercano al sur?", se pregunta el Ministerio.
"No tengamos una memoria corta. En 2012, por ejemplo, cuando hubo una visita a Marruecos de una delegación económica catalana, se modificó el programa, a petición del Gobierno español, para que esta delegación no fuera recibida a alto nivel y que todas las entrevistas se hicieran en presencia del representante de la Embajada de España en Rabat", recuerda el Ministerio, precisando que en 2017, la misma coherencia se dio cuando Marruecos rechazó la petición de visita y de reunión de un gran líder del separatismo catalán.
"Marruecos está en derecho de no esperar menos de España. Este es el principio mismo de una verdadera asociación", sostiene el Ministerio de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero